La calidad del sueño está profundamente conectada con nuestro entorno, y la luz juega un papel esencial. Pero ¿es el color de la luz un factor determinante en cómo descansamos? Un estudio reciente explora este fascinante tema desde una perspectiva científica y nos ofrece revelaciones que podrían cambiar nuestra forma de entender la iluminación nocturna.
La luz y su impacto en nuestro reloj interno
La retina de nuestros ojos no solo nos permite ver; también actúa como un sensor que influye en nuestros horarios naturales de sueño y vigilia, lo que se conoce como el ritmo biológico del cuerpo. Dentro de nuestros ojos, unas células especiales llamadas ganglionares responden con fuerza a la luz azul. Estas células envían señales al cerebro para decirle si es momento de estar despiertos o prepararnos para dormir.
Un estudio liderado por Christine Blume, del Centro de Cronobiología de la Universidad de Basilea, cuestiona si el color de la luz realmente tiene un impacto tan significativo como se pensaba, comparando sus efectos en humanos frente a investigaciones previas en ratones.
¿Influye el color de la luz en el sueño humano?
La investigación expuso a 16 voluntarios a estímulos de luz azul, amarilla y blanca al final de la tarde. Contrario a estudios en ratones, que sugerían que la luz amarilla era más influyente, los resultados indicaron que en humanos las células ganglionares sensibles a la luz azul son las más relevantes.
Esto implica que el color de la luz, percibido por los conos de nuestros ojos, tiene un papel secundario, mientras que la intensidad y las propiedades de la luz son factores mucho más determinantes.
Modos nocturnos y el futuro de la iluminación
Las pantallas con “modo nocturno” reducen la luz azul para evitar la interrupción del sueño. Según la Dra. Blume, es técnicamente posible ajustar las proporciones de luz sin alterar el color de la pantalla, algo que podría implementarse en futuros dispositivos.
Mientras tanto, los hallazgos de este estudio invitan a un diseño más consciente de los sistemas de iluminación que considere cómo las diferentes propiedades de la luz afectan nuestro reloj interno y, en última instancia, nuestra calidad de vida.
Aunque el color de la luz influye menos de lo que se pensaba, ajustar la iluminación puede mejorar significativamente el descanso.